Mellaria se reafirma en su crítica a la escalera del Miramar

La asociación recuerda al concejal de Turismo que son los técnicos y los políticos los únicos responsables de los actos municipales

Escalera Miramar2La asociación tarifeña para la defensa del patrimonio cultural Mellaria se ve obligada a responder a las declaraciones del concejal de Turismo, a la vez que muestra su sorpresa ante lo que parece ser un reproche del citado concejal hacia la asociación por no haber presentado una alegación registrada en el Ayuntamiento con referencia al proyecto de la escalera de Miramar, obviando el concejal que Mellaria no la forman sino ciudadanos que de forma altruista intentan concienciar y velar por la salvaguarda de nuestro patrimonio histórico-cultural y que por tanto no tienen la obligación de supervisar las obras municipales.

Mellaria se ve obligada a recordar así la obviedad de que son los técnicos y los políticos los únicos responsables de las actuaciones que se acometen desde el Ayuntamiento, ya que son las personas que mediante un sueldo tienen la obligación de tomar las decisiones más oportunas y beneficiosas para el pueblo.

Desde Mellaria no se duda de que se hayan seguido los trámites correctos para realizar la obra, lo que no significa que la obra sea la más acertada o hubiera otras opciones menos impactantes y que hubieran favorecido además la visión de la torre en su conjunto, reforzando su monumentalidad. Mellaria vuelve a insistir en que la obra de la escalera es un despropósito, con independencia de la legalidad en su tramitación o del informe favorable de la Delegación Territorial de Cultura. La asociación de protección del patrimonio cultural también se extraña de que la Comisión Municipal de Patrimonio Histórico no se haya pronunciado sobre esta obra, aunque no esté obligada a hacerlo.

Desde Mellaria se recuerda al concejal de Turismo que son numerosísimos los escritos de alegaciones, peticiones, solicitudes de información, propuestas, sugerencias, etc… que de manera altruista ha enviado y seguirá enviando al Ayuntamiento y a los que sólo ha recibido un completo silencio como respuesta. En particular, Mellaria lamenta la escasa o nula atención que los responsables municipales han dedicado a las alegaciones hechas por la asociación, lo que hace inservible este procedimiento de participación ciudadana y recuerda los ejemplos de la iglesia de Santiago, ordenanza reguladora de bares y terrazas en el centro histórico o del funcionamiento de la propia Comisión Municipal de Patrimonio Histórico de las que ni siquiera recibió la contestación a que obliga la ley.

Ante las noticias aparecidas, Mellaria desmiente que el arquitecto de la obra haya sido premiado por esta asociación.

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Mellaria califica de nefasta la nueva escalera del Miramar

Contraviene la legislación y expone a daños la torre medieval

MiramarLa asociación tarifeña de defensa del patrimonio cultural Mellaria muestra su perplejidad ante las obras que se están realizando para la conexión del Miramar con el paseo marítimo de la Caleta.

La asociación califica de inaceptables las obras de la escalera que, inexplicablemente, introduce un impacto visual inadmisible sobre el monumento de la torre del Miramar, de tal forma que se oculta a la vista general parte de su basamento y una de las columnas reutilizadas que se redescubrieron en la última intervención sobre la misma, contraviniendo la ley de patrimonio histórico que prohíbe expresamente actuaciones que oculten los monumentos o causen un impacto visual sobre ellos. Mellaria declara que la prioridad de la obra debe ser la de destacar y mostrar en su conjunto la espléndida torre y su base y no de ocultarla tras un muro de hormigón que hace de baranda y que, además, ha requerido de un recrecido de tierras del terraplén en lugar de despejar el terreno inmediato a la torre para resaltar su monumentalidad.

Mellaria tampoco se explica que se haya proyectado la escalera en contacto con la histórica torre bajo el pretexto de apreciar los grabados de la piedra, cuando lo que es seguro es que al quedar accesibles se acelerará su deterioro y que acciones vandálicas la puedan dañar. Mellaria se asombra de la escasa sensibilidad mostrada por los ejecutores de esta obra, que viene a sumarse a los daños que insistentemente sufre el patrimonio cultural tarifeño.

Por todo ello Mellaria califica de nefasto el proyecto de la escalera que baja del Miramar y critica la autorización de la Oficina Técnica Municipal y de los técnicos de Patrimonio, que no han contemplado la legislación que exige que los monumentos estén exentos de obstáculos para su visión, como es el caso de la ley 14/2007 de 26 de noviembre del Patrimonio Histórico de Andalucía en su artículo 19 referente a contaminación visual o en su artículo 28 sobre el entorno de los Bienes de Interés Cultural.

Respuesta de Mellaria a las quejas del Señor Alcalde de Tarifa

Desde Mellaria nos ha parecido muy significativo que, por medio de un periódico digital de ámbito local, el Señor Alcalde D. Juan Andrés Gil haya accedido a responder a algunas de las eternas reivindicaciones de nuestro colectivo a través de sus quejas hacia el último número de nuestro boletín, cuando no hemos obtenido ninguna respuesta suya a nuestras últimas notas de prensa ni tampoco a los escritos que durante el año pasado le enviamos dándole entrada a través del registro municipal.

En primer lugar, el último boletín informativo “Puerta de Jerez” sigue la misma tónica que los anteriores, es decir, seguimos publicando capítulos dedicados a la divulgación de nuestro patrimonio, así como denunciamos aquello que consideramos negativo para el mismo. Como bien sabe nuestro alcalde, así como la mayoría de la ciudadanía de Tarifa, Mellaria aplaude aquellas actuaciones que considera apropiadas principalmente a través de los premios “Isidro de Peralta” que, lamentablemente, quedaron desiertos el año pasado en su edición de 2013 y cuya edición de 2014 se hará pública en breve.

Sin embargo, nuestro alcalde hace pública su protesta porque no mencionamos, por ejemplo, la restauración de la Torre del Miramar o de la muralla: le rogamos le eche un vistazo al editorial del anterior boletín, el número 42, que apareció hace unos seis meses y también a la nota de prensa que a finales de 2014 mandamos a los medios (también al gabinete de prensa del ayuntamiento, como siempre hacemos) donde dábamos nuestra valoración del año que terminaba.

En Mellaria sabemos que ciertas actuaciones en la gestión del patrimonio cultural sobrepasan el alcance del ayuntamiento, por presupuesto o por competencia, siendo una administración superior la que debe destinar fondos para afrontar rehabilitaciones de gran calado. Así, uno de los cometidos de la administración local, además de exigir esas partidas presupuestarias, es la conservación y salvaguarda del patrimonio, tarea que debe ser constante y habitual, por eso es tan poco adecuado que nuestro alcalde reclame nuestro aplauso hacia unas intervenciones necesarias y urgentes debidas, entre otros motivos, al inexistente mantenimiento ordinario, pero que no son competencia directa suya y que, en cambio, no atienda las que sí deberían formar parte de su gestión como alcalde y concejal de cultura: sin ir más lejos, Mellaria estuvo exigiendo la retirada de la basura acumulada a los pies de la Torre del Miramar durante tres meses, basura que sólo desapareció cuando efectivamente comenzaron los trabajos de rehabilitación; sobra decir que para retirar unas basuras que estropean y afean un monumento no se necesita la ayuda de Diputación o de la Junta.

Algo parecido ocurre con el Castillo de Guzmán el Bueno: por supuesto aplaudimos todo aquello que lo restaure adecuadamente y que lo ponga en valor. No obstante, hace casi un año que alertamos de unos desprendimientos en la roca que sirve de base al castillo: ¿se ha atendido desde el ayuntamiento este aviso? ¿Nadie recuerda ya la caída de parte de la barbacana en diciembre de 1989?

En cuanto al PEPRICH, esta normativa siempre ha sido una de las grandes reivindicaciones de Mellaria, por eso no sólo nos hemos alegrado de su aprobación definitiva por la Junta de Andalucía, sino que ahora exigimos al ayuntamiento su uso útil, -de ahí el editorial “El PEPRICH no es un jarrón”-, ya que no parece que se esté poniendo en práctica; sirva como ejemplo el bochornoso caso de la instalación de la chimenea en plena fachada del inmueble sito en la calle Sancho IV el Bravo número 21, en pleno Centro Histórico (véase dicha dirección en “street view” de “Google maps”), que incumple varios aspectos del PEPRICH: en estos asuntos se peca tanto por obra como por omisión, por eso la cuestión verdaderamente pertinente es: ¿de qué forma y con qué medios vela nuestro ayuntamiento por el cumplimiento de esta norma de la que tanto se alegra? ¿Sirve para esto una simple presentación pública o hay que esperar a que ciudadanos y propietarios la conozcan y acaten porque sí?

Entonces, nos vemos en la obligación de repetir que Mellaria es una asociación privada sin ánimo de lucro que vela por los intereses de nuestro patrimonio local, por tanto, sus socios y, en concreto, su junta directiva se desvela por este objetivo libremente, sin obligación alguna y a costa de su propio tiempo y dinero, mientras que los gestores públicos locales sí están obligados a esto mismo, motivo por el cual reciben una retribución como compensación a su esfuerzo y dedicación. Ahora sí, señor alcalde, estamos de acuerdo, porque no sólo una de las partes rema en sentido contrario, sino peor: simplemente ha tirado los remos por la borda pues parece tener otros objetivos que excluyen el simple a la vez que vital mantenimiento y salvaguarda del patrimonio cultural.

La última parte de su artículo la reserva usted, señor alcalde, para demostrar el agravio que Mellaria comete al dedicar la portada de nuestro boletín al monumento al pescador, alabando así a la APBA y, de rebote, denigrando de nuevo la gestión patrimonial del ayuntamiento, o eso parece desprenderse de sus palabras. En Mellaria no entendemos de enfrentamientos políticos o administrativos, pero sí que, aunque a la APBA se le pueda criticar el estado actual de este monumento por ser responsable de su estado, este organismo no tiene entre sus funciones la gestión cultural; de cualquier modo, quédese tranquilo porque le podemos informar de que en las actuales obras de mejora y remodelación del puerto también está contemplada la reubicación y rehabilitación del monumento, planes de los que ya está informado y conforme su autor, Manuel Reiné, y de cuya licitación ya se puede usted informar a través del BOE.

Por último, ¿quiere, señor alcalde, que volvamos a recordar las reivindicaciones de Mellarias, desgraciadamente reiteradas año tras año y nunca escuchadas y que sí son de la más grande trascendencia para la continuidad de nuestro patrimonio, por lo tanto de obligada atención en sus quehaceres públicos? Sea así: despido injustificado del arqueólogo municipal, falta de mantenimiento de nuestros monumentos e incluso desidia ante su estado diario, falta de catalogación del patrimonio local, intento de destrucción parcial del conjunto de Santa Catalina, incumplimiento del PEPRICH que regula la protección debida a nuestro Centro Histórico, uso de la Puerta de Jerez para colgar luminarias en diversas ocasiones festivas, mutismo y permisividad ante la destrucción de la capilla de La Encarnación de la Iglesia de Santiago,… Esperamos sus respuestas y soluciones.