Mellaria lamenta la autorización de obra del proyecto Eolo

Se teme el impacto masivo de veraneantes sobre el yacimiento arqueológico

Caravanas - yacimiento 2
Tumba romana del yacimiento de Mellaria

La Asociación Tarifeña de Defensa del Patrimonio Cultural, Mellaria, lamenta la autorización de la licencia de obra al establecimiento hotelero Eolo por parte del Ayuntamiento de Tarifa. Aunque dicho proyecto cuenta con el informe favorable de la Junta Rectora del Parque Natural del Estrecho y se han establecido diversas medidas correctoras por parte de las diferentes administraciones públicas, Mellaria sigue insistiendo en que no se garantiza la protección al seguir permitiendo un chiringuito en pleno yacimiento arqueológico, cerca de restos que se ven en superficie.

Aunque sabemos que el proyecto cuenta con el preceptivo control arqueológico que obliga la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, Mellaria teme el impacto masivo de veraneantes en la zona, dado que el proyecto incluye un macroaparcamiento de 400 plazas muy cerca del yacimiento, con un camino peatonal que lo cruza directamente hacia la playa y que permitirá que en pleno verano cerca de 1.200 personas deambulen diariamente por todo el entorno.

El yacimiento arqueológico se encuentra actualmente totalmente degradado y abandonado por parte de las diferentes administraciones públicas, cosa que siempre se ha criticado desde Mellaria, donde numerosas autocaravanas y coches aparcan libremente sin ningún tipo de control, con fogatas incluidas, incluso sobre las mismas estructuras arqueológicas que afloran en superficie. Aunque el proyecto permitirá eliminar el aparcamiento ilegal en la zona, consideramos que ésta no es la solución.

Mellaria no se opone al desarrollo económico de Tarifa y al turismo, que debe ser explotado de forma racional y respetuosa con el medio ambiente y el patrimonio cultural. El proyecto actual es incompatible con la protección futura de los restos arqueológicos, además crea un peligroso precedente que podrá ser solicitado por otros promotores para otras zonas de la costa, constituyendo por último un reconocimiento de la incapacidad de la administración pública para solucionar el problema del aparcamiento ilegal en la zona al cederlo a la iniciativa privada.

Mellaria solicitó que el aparcamiento y el chiringuito, al menos, se trasladaran a la zona de la parcela más cercana a la carretera y que el sendero peatonal no atravesara el yacimiento sino que lo delimitara, dejando así toda la zona arqueológica totalmente libre y protegida, petición que no ha sido aceptada prevaleciendo una vez más el interés particular de un hotelero sobre el interés general de los ciudadanos.

Desde la Asociación Tarifeña de Defensa del Patrimonio Cultural se insta al Ayuntamiento de Tarifa a que vigile y limite la actividad en la zona a la concedida en el permiso de obra, para evitar actividades que conviertan aquel entorno en un macrocentro de diversión al aire libre.

Así mismo Mellaria solicita al Delegado Territorial de Medio Ambiente que tome medidas para que se reforme la ley, para impedir que a través de recovecos legales se sigan permitiendo en el futuro abusos como el de Eolo.

Por último, Mellaria desmiente las declaraciones públicas realizadas en RTVTarifa por el biólogo coautor del proyecto Eolo que dan a entender que la asociación le informó de estar conforme con dicho proyecto.

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Siendo socio de Mellaria se está apoyando una actividad necesaria y laboriosa: la vigilancia del estado del Patrimonio Cultural de Tarifa, un patrimonio vasto y muy importante con numerosos Bienes de Interés Cultural. La asociación Mellaria también da a conocer este legado cultural a través de visitas, conferencias y notas de prensa, pues es la divulgación el modo más eficaz para conseguir que propios y extraños lo valoremos y luchemos por su salvaguarda:

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Respuesta de Mellaria a las quejas del Señor Alcalde de Tarifa

Desde Mellaria nos ha parecido muy significativo que, por medio de un periódico digital de ámbito local, el Señor Alcalde D. Juan Andrés Gil haya accedido a responder a algunas de las eternas reivindicaciones de nuestro colectivo a través de sus quejas hacia el último número de nuestro boletín, cuando no hemos obtenido ninguna respuesta suya a nuestras últimas notas de prensa ni tampoco a los escritos que durante el año pasado le enviamos dándole entrada a través del registro municipal.

En primer lugar, el último boletín informativo “Puerta de Jerez” sigue la misma tónica que los anteriores, es decir, seguimos publicando capítulos dedicados a la divulgación de nuestro patrimonio, así como denunciamos aquello que consideramos negativo para el mismo. Como bien sabe nuestro alcalde, así como la mayoría de la ciudadanía de Tarifa, Mellaria aplaude aquellas actuaciones que considera apropiadas principalmente a través de los premios “Isidro de Peralta” que, lamentablemente, quedaron desiertos el año pasado en su edición de 2013 y cuya edición de 2014 se hará pública en breve.

Sin embargo, nuestro alcalde hace pública su protesta porque no mencionamos, por ejemplo, la restauración de la Torre del Miramar o de la muralla: le rogamos le eche un vistazo al editorial del anterior boletín, el número 42, que apareció hace unos seis meses y también a la nota de prensa que a finales de 2014 mandamos a los medios (también al gabinete de prensa del ayuntamiento, como siempre hacemos) donde dábamos nuestra valoración del año que terminaba.

En Mellaria sabemos que ciertas actuaciones en la gestión del patrimonio cultural sobrepasan el alcance del ayuntamiento, por presupuesto o por competencia, siendo una administración superior la que debe destinar fondos para afrontar rehabilitaciones de gran calado. Así, uno de los cometidos de la administración local, además de exigir esas partidas presupuestarias, es la conservación y salvaguarda del patrimonio, tarea que debe ser constante y habitual, por eso es tan poco adecuado que nuestro alcalde reclame nuestro aplauso hacia unas intervenciones necesarias y urgentes debidas, entre otros motivos, al inexistente mantenimiento ordinario, pero que no son competencia directa suya y que, en cambio, no atienda las que sí deberían formar parte de su gestión como alcalde y concejal de cultura: sin ir más lejos, Mellaria estuvo exigiendo la retirada de la basura acumulada a los pies de la Torre del Miramar durante tres meses, basura que sólo desapareció cuando efectivamente comenzaron los trabajos de rehabilitación; sobra decir que para retirar unas basuras que estropean y afean un monumento no se necesita la ayuda de Diputación o de la Junta.

Algo parecido ocurre con el Castillo de Guzmán el Bueno: por supuesto aplaudimos todo aquello que lo restaure adecuadamente y que lo ponga en valor. No obstante, hace casi un año que alertamos de unos desprendimientos en la roca que sirve de base al castillo: ¿se ha atendido desde el ayuntamiento este aviso? ¿Nadie recuerda ya la caída de parte de la barbacana en diciembre de 1989?

En cuanto al PEPRICH, esta normativa siempre ha sido una de las grandes reivindicaciones de Mellaria, por eso no sólo nos hemos alegrado de su aprobación definitiva por la Junta de Andalucía, sino que ahora exigimos al ayuntamiento su uso útil, -de ahí el editorial “El PEPRICH no es un jarrón”-, ya que no parece que se esté poniendo en práctica; sirva como ejemplo el bochornoso caso de la instalación de la chimenea en plena fachada del inmueble sito en la calle Sancho IV el Bravo número 21, en pleno Centro Histórico (véase dicha dirección en “street view” de “Google maps”), que incumple varios aspectos del PEPRICH: en estos asuntos se peca tanto por obra como por omisión, por eso la cuestión verdaderamente pertinente es: ¿de qué forma y con qué medios vela nuestro ayuntamiento por el cumplimiento de esta norma de la que tanto se alegra? ¿Sirve para esto una simple presentación pública o hay que esperar a que ciudadanos y propietarios la conozcan y acaten porque sí?

Entonces, nos vemos en la obligación de repetir que Mellaria es una asociación privada sin ánimo de lucro que vela por los intereses de nuestro patrimonio local, por tanto, sus socios y, en concreto, su junta directiva se desvela por este objetivo libremente, sin obligación alguna y a costa de su propio tiempo y dinero, mientras que los gestores públicos locales sí están obligados a esto mismo, motivo por el cual reciben una retribución como compensación a su esfuerzo y dedicación. Ahora sí, señor alcalde, estamos de acuerdo, porque no sólo una de las partes rema en sentido contrario, sino peor: simplemente ha tirado los remos por la borda pues parece tener otros objetivos que excluyen el simple a la vez que vital mantenimiento y salvaguarda del patrimonio cultural.

La última parte de su artículo la reserva usted, señor alcalde, para demostrar el agravio que Mellaria comete al dedicar la portada de nuestro boletín al monumento al pescador, alabando así a la APBA y, de rebote, denigrando de nuevo la gestión patrimonial del ayuntamiento, o eso parece desprenderse de sus palabras. En Mellaria no entendemos de enfrentamientos políticos o administrativos, pero sí que, aunque a la APBA se le pueda criticar el estado actual de este monumento por ser responsable de su estado, este organismo no tiene entre sus funciones la gestión cultural; de cualquier modo, quédese tranquilo porque le podemos informar de que en las actuales obras de mejora y remodelación del puerto también está contemplada la reubicación y rehabilitación del monumento, planes de los que ya está informado y conforme su autor, Manuel Reiné, y de cuya licitación ya se puede usted informar a través del BOE.

Por último, ¿quiere, señor alcalde, que volvamos a recordar las reivindicaciones de Mellarias, desgraciadamente reiteradas año tras año y nunca escuchadas y que sí son de la más grande trascendencia para la continuidad de nuestro patrimonio, por lo tanto de obligada atención en sus quehaceres públicos? Sea así: despido injustificado del arqueólogo municipal, falta de mantenimiento de nuestros monumentos e incluso desidia ante su estado diario, falta de catalogación del patrimonio local, intento de destrucción parcial del conjunto de Santa Catalina, incumplimiento del PEPRICH que regula la protección debida a nuestro Centro Histórico, uso de la Puerta de Jerez para colgar luminarias en diversas ocasiones festivas, mutismo y permisividad ante la destrucción de la capilla de La Encarnación de la Iglesia de Santiago,… Esperamos sus respuestas y soluciones.