Como en otros lugares, con la Semana Santa da comienzo la temporada turística en Tarifa. En esta recién estrenada, contamos con un nuevo elemento de visita y de puesta en valor del patrimonio, «La ruta del adarve». Celebrada por muchos y criticada por otros, es cierto que no hay que dejar de aplaudir iniciativas como ésta que acercan el patrimonio a ciudadanos y visitantes; sin embargo, también hay que saber establecer plazos y prioridades, en caso contrario, las inauguraciones son prematuras y los detalles -todo aquello que no aparece en los medios porque es de poco aplauso aunque de fácil gestión- producen vergüenza.
Pasar por la calle Guzmán el Bueno y llegar a los pies de Almedina es volver a comprobar la dejadez en la que está sumido y es asumido nuestro patrimonio.