En el boletín número 4 de Puerta de Jerez de marzo-abril de 2001 es la placa de la torre octogonal del Castillo de Guzmán el Bueno la protagonista de la sección «Conoce tu patrimonio»:
El duque de Medina-Sidonia mandó colocar en 1850 una placa sobre el torreón de Guzmán el Bueno, en donde se lee: «Preferre patriam liberis pareritem decet. A la memoria del Exmo. Señor D. Alonso Pérez de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, Conde de Niebla y padre del segundo Isac. Hizo colocar esta losa en 3 de abril del año 1850 el Exmo. Señor D. José Álvarez de Toledo y Silva Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Fernandina, Conde de Niebla, en honor de su ilustre antepasado».
El texto fue muy desafortunado, pues Guzmán el Bueno ni fue duque de Medina Sidonia, ni conde de Niebla, sólo señor de Sanlúcar, por nombramiento de Fernando IV.
La leyenda en latín es el lema de la Casa de Medina Sidonia y aparece en su escudo nobiliario, siendo traducida por «un padre debe anteponer la patria a los hijos». Según el historiador sanluqueño Antonio Romero, esta sentencia podría haberse tomado de la tragedia de Lucio Anneo Séneca Las troyanas, donde el rey Agamenón de Micenas declara «praeferre patriam liberis regem decet», como explicación por haber sacrificado a su hija Ifigenia antes de partir a la guerra de Troya.
Es de destacar en la placa la referencia religiosa como apoteósis de los títulos o méritos que se atribuyen a Guzmán el Bueno: nuestro héroe es el nuevo Abraham, por mucho que su hijo tuviese un final muy distinto al del Isaac bíblico.